Hablar en primera persona no es socialmente educado. En esta ocasión no tengo más remedio que utilizar el pronombre personal par escribir unas cuantas lineas en mi blog.
Mi amigo Francesc y el mejor obsequio. Su compañía.
Un breve y largo recorrido, al mismo tiempo, por diversas redes sociales en el arte de escribir o emborronar, en su caso, me han dado la oportunidad de compartir con muchos compañeros/as en nuestro deporte favorito. Hoy después de casi tres con más de 200 artículos creo que mi imaginación ha cumplido, con creces, su objetivo.
No ha sido la técnica del motor deportivo aquello que suponía el “marketing” de mis letras. El cuerpo, cundo no nos debemos a nadie, es el que toma las decisiones, basadas, eso si, en la veracidad.
Los foros nunca me convencieron, y lo digo con el respeto debido. Un “nick” no puede ni debe amparar una inclinación malévola. Esta es la ventaja que tienen los profesionales. Amparados en la libertad de expresión pueden escribir tranquilamente sin necesidad de contrastar nada.
La Formula 1 y las colaterales han sido parte de mis trabajos en el blog. En reiteradas ocasiones dije que Fernando Alonso no era el principio ni mucho menos el final.
A lo largo de estos años, y con una “perplejidad” que raya lo absurdo he observado que nuestro campeón es objeto de las criticas más feroces precisamente por aquellos/as que conocieron este deporte gracias a él.
La técnica de vender más que el competidor es el semáforo verde para obsequiar a los más necesitados de las noticias más inverosímiles. Incluso me resulta gracioso que hoy cualquier redacción sepa más del motor deportivo que el participante en la carrera.
Carlos Sainz, doble campeón del mundo de rallyes, ha sido parte de la semilla. El tronco, Fernando Alonso y las hojas, los que están en el horizonte. Así lo dejo hasta que la luz del cuerpo me pida comunicar nuevos eventos. Me temo que el año no se presenta fácil para encender la cerilla.
Un deseo plasmado en mi pincel favorito:
Cientos de blogs, creados con la misma ilusión que el mío, están aquí. No dejo de pensar que nuestro espejo es el mismo que el de un patrocinador de cualquier equipo con la diferencia de que nuestro beneficio es una ilusión no evaluable económicamente hablando.
Un abrazo amigos/as.
Y como se dice en estos casos,”nos veremos”.
Route 66/Fernando.
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